domingo, 29 de mayo de 2011

Crisis de Los Misiles 2 parte

El 27 de octubre, la defensa antiaérea cubana de tecnología soviética, logró detectar e interceptar un avión espía U-2, el cual fue derribado por un misil tierra-aire cuando este espiaba el oriente de la isla de Cuba, aumentando aún más la tensión. Sin embargo, el mismo día, Jrushchov propuso a Kennedy el desmantelamiento de las bases soviéticas de misiles nucleares en Cuba, a cambio de la garantía de que Estados Unidos no realizaría ni apoyaría una invasión a la antilla caribeña. Además, también debería realizar el desmantelamiento de las bases de misiles nucleares estadounidenses en Turquía. Después de continuas negociaciones secretas; de las que estuvo excluido Castro, Kennedy aceptó. Este acuerdo se conoció más tarde, ya que Kennedy lo aceptó con la condición de que ni la no invasión a Cuba, ni el desmantelamiento llegaran a ser de público conocimiento en al menos 6 meses.

Fin de la crisis

De esta forma, se puso término a la crisis, sin dar muestras de debilidad ni de derrota por ninguna de ambas potencias, ya que el teatro de la Guerra Fría quedó así igualado, y se volvió a evitar el conflicto directo; algo que tanto en Washington como en Moscú no se quiso ni imaginar, por mucho que la publicidad bélica de la época dijera lo contrario; trasladando los enfrentamientos a terceros países como fueron los casos de Corea y Vietnam.

Consecuencias

En este momento se creó el llamado teléfono rojo, línea directa entre la Casa Blanca y el Kremlin, con el fin de agilizar las conversaciones entre ambas potencias durante períodos de crisis.
El 29 de octubre Nikita Jrushchov envió a Fidel Castro un informe de los términos del acuerdo soviético-norteamericano sobre Cuba.
En un artículo escrito en esos días y no publicado hasta después de su muerte, Ernesto "Che" Guevara opinó sobre la actitud de los cubanos: "Es el ejemplo escalofriante de un pueblo que está dispuesto a inmolarse atómicamente para que sus cenizas sirvan de cimiento a sociedades nuevas y que cuando se hace, sin consultarlo, un pacto por el cual se retiran los cohetes atómicos, no suspira de alivio, no da gracias por la tregua; salta a la palestra para dar su voz propia y única, su posición combatiente, propia y única, y más lejos, su decisión de lucha aunque fuera solo".

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